sábado, marzo 12

Atender a dos

Con amor de nacimiento un niño se acercó a sus vidas aquel 27 y partió un 93. 

Como la mitad y media de un sonido que retiene y escribe su empresa atravesado por la guerra. Aquel soldadito saltó una mañana de sábado con dolor conocido y palabra contingente. 

En sus celdas previno el dolor con alcohol mientras desenfundaba un cartapacio lleno de amor por la vida, pero también por la muerte.

Esa familia que allá afuera de las rejas esperó siempre por él, a la hora del té. Tristes guerras que han de ser vividas, tres, fuimos siempre tres para el té.


"Tristes guerras

si no es amor la empresa.

Tristes. Tristes.

Tristes armas

si no son las palabras.

Tristes. Tristes.

Tristes hombres

si no mueren de amores.

Tristes. Tristes."

M.H. 

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