ayer solté un silencio parecido al olvido
cuando tu sombra comenzó bajo tierra y terminó en nuestras manos
que acariciaron mi boca y me tendieron la mirada,
nos respondieron las distancias
y se forjaron 93 corazones,
sin carne,
sin dueño,
sin piel.
ayudé en el reves de mis restos
y sin querer inventé recipientes para todos,
menos para uno, del cual esta hecho el destino.
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