
Son los favoritos, los famosos, el preámbulo a la sordera, la dimisión de un viaje sin salida.
Han llegado de la isla en ingles sin que sus fundadoras digan yej,
y ya son mil los hambrientos, pero una extensión piadosa de trémula calvicie es la única que ha agitado el crepúsculo a cero grados, y mi acción invadida de alquitrán no hace mas que salpicar sonrisas mirando el espejo, mientras la locura danza en la cara del verdadero copiloto, me distraigo pensando en la suerte de un toro.
es como un final triste para mi tristeza que se va, pero que deja a su sombra en la puerta, en el jardín y en la acera.
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