parsimonia de calzada calurosa,
en la negacion de mis gafas con aumento, te vi sentada en la proa de mi barco pirata,
y salte del mastil a tierra sin verte siquera la rodilla,
pues parecia que tus secuaces de agua tremula bebian de tus cantos y se enjuagaban en el veneno febril de los dias lluviosos,
sin importarme nada atravesé recuerdos y saludé al cuerpo que ya no habita ahi, sin mucha emocion pues me temblaban las rodillas y me temblaba el esternon,
y aun asi las palabras no salen hasta ahora, porque tu triste cristal fantasma resuena ansiedad y relidad, sudor y aire en la cara;
y la lisonja de mis actos se enjuaga en tu veneno el cual hace el vino de nuestros dias,
que algun distraido amigo en comun va a beber una de estas noches.
y va a vivir por siempre.
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