desandando mundo a verdades altisonantes,
sonando junto a realidades trascendentes
sin perderle el paso al resto de susurro,
sin temerle a engarces de sulfuro,
el ayer oral de matriarcal sinsentido pero de placentera costura,
ha parido la tela de su inmensa angostura,
y por fin ha invocado la platica, amado el cuchicheo y callado al deseo.
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