que adjuntemos la huida al reverso del mundo,
dentro de las numerosas idas al cielo,
que resolvamos dar vueltas a la par de la dureza numerica,
en un plato de chuño y mote con queso,
que en tu plano se indique una expansion que toque fondo,
y que marque la distincion del resto del todo, sobre la raiz cuadrada de la suma de tus catetos.
emprendamos la llovizna de escusas que interpongan la melodia por encima de su sombra,
sin que previamente me consignen las cargas del indicio de la duda,
y sin que la pena valga como media miseria de tercer piso.
para tener las manos limipas y la garganta séptica, ede mostrar la solucion de prestigio anódino,
que es nada mas una correxion que no esta en el ultimo parcial de mi sello patriarcal.
es nada mas, la falta de aspereza con la que aprendo a levantar un pie sobre la cara de otro.
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