martes, septiembre 2

esa voz konstantina...

Me desaté.
Me abandoné del todo y fui.
como una mañana luminosa, fui.
fuí, de continuo hacia el viento del oído.

y lo agobié durante toda su vida,

y ahora estoy aquí y me desespero.
imperceptiblemente fuera del mundo me encerré
e inmensamente contemplé el anochecer de la tarde...

y ya no los hallé.

No hay comentarios.: