A Andres.
La gigante indiferencia de adereso enfrascado en complejos febriles y hepaticos,
tiembla ante mi puerta de bandera Boliviana.
Y tu, andaluz callejero de melancolia sublimadora de tensiones y espesor sexualizado, haz callado para no callar mas.
Ya no hay intesidad de distancia,
que se aleja cual almeja fuera del mar de enunciados...
Solo quedó en mi ventana ese extranio adorno de una arbol de navidá sin regalos por regalar, pero que adihiere con su presencia,
y ya no es una de tus efemerides mas, imprecisas y coquetas,
las que se drogan ante tu ausencia.
es ahora una metafora belica que entra en combate,
solo cuando la provocan.
puedes provocarme acaso?..
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