... esa sonrisa llegó, como viento que aplasta la carne,
carne que hasta entonces sentía una música boca abajo,
y quisiera un alfiler para evitar su caída
pues el reloj avanza sin horizonte,
...y yo ya quiero verte...
oh frío vespertino!!,
no importa si llamas a mi ventana,
pues no dejaré que te lleves sus labios en el aire,
cual cadáver que guarda el calor al otro lado del camino,
y así,
ya no será el frío,
será aun menos que eso
será tal vez,
el peso del aire.
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